viernes, 5 de diciembre de 2008

Nula correspondencia

Te amo, y es una pena
que no lo sepas,
condena es no poder
repetirlo cansinamente
hasta que mis párpados
quemen de cansancio.

No quiero que otro nombre
resuene en mi cabeza,
solo el tuyo
en mis pensamientos
se desliza,
los hace florecer,
mas flaquear de dolor.

Un sufrimiento incomparable,
inmesurable
que se cuela en mis entrañas
las confina y envenena
a la incesante incertidumbre
de no saber ni quien soy yo.

Te daría mi vida
por solo una mirada
te daría mi cuerpo,
por sentir tus labios rozar
los míos.
Pero ya no lo soporto
necesito confesarlo,
se me desgarra la piel
al no saberte
se me desgarra el alma
al no tenerte.

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