viernes, 5 de diciembre de 2008

Él

Si llegase a escribir sobre él
sabrá por fin que lo amo,
tomará voz de mi cariño
cuando estas apresuradas palabras
nazcan y mueran en sus labios.

Labios, los que peno por besar,
hacer de mi pertenencia,
volver meramente míos.
Robaré su cuerpo de este mundo
para que juntos seamos uno,
y no sea más que el ocaso
quien nos torne indivisibles.

Visibles a la luz de la pasión,
nos consagramos amantes furtivos,
ocultos tras una vida desnuda
de temores y prejuicios;
en la que nuestras solitarias almas
esbocen nuestros nombres
en un etéreo Edén de esperanzas.

Haz de amarme, pues, con ímpetu de
caballero, no obstante, anhélame,
suspírame, cuán cernícalo Polifemo.
Mas debo callar, estas no han sido
otras que efímeras y difuntas palabras,
que al haberse extinto en tus labios
su encomienda ya habrán cumplido.

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